En las profundidades de un cuento jamás contado respira un lagarto. Un lagarto como el que todos podemos imaginar pero que nadie es capaz de nombrar. Su nombre ni él mismo lo sabe, pero sabe que algún día alguien habrá de decírselo. Yo tampoco tengo nombre, le dije, me dijo que no necesitaba consuelos. Me avergonzé. Se dio la vuelta para alejarse, había algo escrito detrás de su cabeza. Decía Borges. Borges. Instintivamente toqué la parte trasera de mi cabeza. Mi nombre.
13 mayo 2007
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6 comentarios:
quien dibuja?... dibuja como yo... (aunque lo tome a mal)...
microficción
borges como un sello
todos somos borges
o gesbors
suspiro y contención de la belleza
minima sobrevivencia de la esperanza.
supongo que, inevitablemente, todos nacemos con una etiqueta pegada en el cuerpo.
sea nuestro nombre o lo que fuere...
era como un código de barras? un borges punk, loco loco, con los ojos pesados, y un tigre en el que está montado William Blake.
oye, ya es hora de postear, no?
dicen que tenemos 3 cerebros que se desarrollan uno tras otro a lo largo de la vida: uno reptil para la sobrevivencia, uno mamifero para las emociones y despues el humano para lo subjetivo.
A algunos eligen quedarse en reptil.
Saludos!
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