24 enero 2008

Y pensé en las cicatrices y en la heridas que le alquilamos al tiempo para no morir como cuaderno en blanco. Pensé en las bondades, en las sonrisas y en aquellos abrazos con brazos que no fueron nuestros. Pensé en las coordenadas imborrables de tus ojos y en el baúl que llevo a cuestas, archivero desordenado donde guardo los suspiros que te tragabas como bostezos en reversa. Pensé sólo en aquello que ha sido de ambos y que jamás podremos partir en rebanadas. Todo aquello que de tan nuestro ya no es ni tuyo ni mío. Y me senté en un rincón a enumerarlo todo, a ponerle nombre, a ponerlo en orden. Pensé en llorar como el despojado, o quizá reír como el asesino. Pensé en no pensarlo tanto, en dormirme, acaso, sin pensarlo más.

1 comentario:

pobre mugroso dijo...

Chingon camarada
un abrazo!