Es un juego entretenido eso de darle nombre a todo. Más que entretenido, morboso. Incluso lo que escribo pertenece a esa esfera de palabras que pretenden distinguirme de cualquier otro animal. Este lenguaje que me define, que me sofistica como especie, es el mismo paradigma que me condiciona y me limita; el mismo también, en el que fundamentamos nuestra superioridad y nuestra ignorancia.
14 noviembre 2007
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